“A falta de algo que impulse mi vida,
las voces alientan deseos profundos”.
DEMONIOS está basada en algo que estamos presenciando con frecuencia en este tiempo y es: el recrudecimiento de las luchas mentales y emocionales en las personas. Algo que se intensificó con la pandemia, con el Covid19, porque lo que sucedió con las cuarentenas obligatorias y el aumento de la virtualidad, ocasionó que los seres humanos nos enfrentáramos al siguiente dilema:
La soledad es segura: en la soledad, las personas no me lastiman.
El mundo es cruel, las personas son malas. Allá afuera: te insultan, te ofenden, te gritan, te hacen bullyng, se burlan de ti, te traicionan, te rompen el corazón, te engañan, te mienten, te estafan, te roban, etc, etc. La soledad es segura. Entonces, las personas buscan la soledad como ese refugio contra la crueldad del mundo. Y la virtualidad (que aumentó con la pandemia) ofrece eso: trabajo en casa, no tengo que salir de casa, pido la comida a domicilio, compro la ropa en una APP y me llega a la casa; ya no me tengo que exponer al mundo cruel.
Pero, ¿qué sucede? Un día, de repente, comienzas a escuchar unas voces… Porque olvidaste que los seres humanos somos seres sociales, por naturaleza, y tenemos necesidades sociales, necesidades de interacción, necesidad de hablar y que nos escuchen, necesidades fisiológicas, necesidades de contacto con otras personas. Entonces, esas voces aparecen para tratar de llenar, inconscientemente, ese vacío, para suplir esa necesidad. Al principio, esas voces te dicen únicamente lo quieres escuchar, esas voces aparecen para hacerte sentir bien. Pero pasan las semanas, pasan los meses, y resulta que esa soledad no es felicidad. Y aunque te niegues a aceptarlo, la realidad te golpea más fuerte que tus intentos de maquillar los vacíos y la tristeza que llevas por dentro.
Y entonces es ahí donde esas voces se transforman y ya no te dicen lo que quieres oír, sino todo lo contrario: esas voces te dicen que estás solo porque allá afuera nadie te quiere, porque te desprecian, porque no mereces ser amado, porque no mereces estar con nadie, porque eres feo, fea, porque no vales nada. Y entonces, si afuera no eras feliz porque el mundo era cruel y te maltrataban, y en la soledad tampoco eres feliz… ¿Para qué seguir en este mundo? Y aunque ahora quieras callar esas voces y escuchar a otras personas, ya es demasiado tarde, las voces no se callan, al contrario, gritan más fuerte
y: no, no se callarán.
Esos es DEMONIOS: el grito de desesperación de alguien que está atormentado por esas voces que lo torturan día y noche.

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