Por: Jasa Rehm
Esto no es Tarkovsky, Lynch, ni Lucas; no hay conejos subliminales, aliens, ni tableros mágicos, es la humanización de esa mente imaginativa que convierte cada día en un monstruo, que dibuja sus caminos con sangre, la misma que se cruza en nuestra cotidianidad.
Cuando la ciencia ficción es lo más cercano a la realidad, es inevitable reconocerse en cada momento. Es salir del cine y seguir viviendo el cine, sumergirse en la mente del protagonista, y permitir que se sumerja en la nuestra.
Cuando me encontré con esta obra, difícilmente pude (como es costumbre) compararla con alguna otra creación audiovisual. Es un relato vivo del territorio, efectos que brotaron de la misma tierra, frío y niebla que hablan por sí solos, dándole autenticidad y creando género propio. La estética y vivencia que acompaña al personaje, es el común denominador de muchas zonas del país, pero con rasgos inigualables.
No hubo tiempo para pensar en palomitas, ni refrescos, pues la obra atrapa y comienza a jugar con esa falsa comodidad que disfrutamos desde lo urbano. Nos reclama para que hagamos parte de la historia y para que entendamos que, como sea, hacemos parte de ella.
F, es un ente cercano, no es traído de la nada ni coloreado. Nos transporta a lo profundo de nosotros mismos, cuando la soledad nos hace pensar, cuando la violencia nos hace despertar. Es el viaje a la reflexión, desnudos, sintiendo pena al reconocernos, humanos, solitarios y vulnerables frente al mundo como es, sin súper héroes ni hadas madrinas.
Ríos de sangre recorriendo las montañas, máquinas del tiempo, espejismos de salvación eterna y todo lo que, debemos reconocer, es más real que la vida misma. No sabemos cuál es la intención del director, pero definitivamente, incomoda.
¿Y el antagonista? Nosotros mismos, la indiferencia, esa bestia abominable que crea el miedo en F, lo hace gritar, dudar y pensar en partir. Dejar su ruana de guardián y mezclarse en el mundo de lo material, olvidando el páramo y todo lo que le debemos a él.
Entre la Niebla es la otra Colombia, la que perdemos de vista, la que muchos nunca hemos intentado ni querido reconocer. Es el llamado a la conciencia ambiental y la relación con el otro, incluso, en medio de la soledad. Es el territorio olvidado, pero inolvidable.
El cine colombiano, aún no se ha terminado de inventar.
Entre la Niebla, 2022
Dirección: Augusto Sandino
Producción: Schweizen Media Group
En asocio con: MagicLab (República Checa), Perspektiv Produksjon (Noruega),
Viana Producciones y Psycut (Colombia)
Distribución nacional: Cine Colombia