El 12 de junio se estrena en Colombia la ópera prima de Andrés Carmona Rivera: ‘Estancia’, documental inmersivo y silente sobre la masculinidad en la vejez.
La película es un viaje a las entrañas de la Estancia, un inquilinato habitado por hombres viejos que revelan sus vidas, sus amores, sus deseos y su visión de la muerte.
Estancia es, como muchos lugares del país, una casa condenada a desaparecer en una ciudad que ha negado, en buena medida, su memoria urbana y arquitectónica en busca del progreso. Es, también, el hogar fraternal que acoge a estos hombres y les permite ser lo que quieran.
‘Estancia’, reivindica otras masculinidades y la diferencia en una sociedad tradicional. Hace parte de la edición 2025 del Ciclo Rosa en Bogotá y Medellín.
Vía: Litza Alarcón Romero
En el Parque Bolívar de Medellín una casa resiste al paso del tiempo, la gentrificación e ideales de progreso. La Estancia, construida en la década de 1860 por Pastor Restrepo, pionero de la fotografía en el país, es una casa que se ha mantenido en pie a pesar de los procesos de renovación urbana de la ciudad, y que ha sido testigo de la transformación del paisaje urbano, así como de las historias de vida de quienes la han habitado.
Varias de estas historias protagonizan Estancia, la ópera prima de Andrés Carmona Rivera que, con la producción de Mauricio Carmona Rivera, llega a las salas de cine de Colombia a partir del 12 de junio. Así mismo, hace parte de la nueva edición del Ciclo Rosa que se realiza en la Cinemateca de Bogotá entre el 18 y el 30 de junio; y en Medellín el 2 de julio en el Colombo Americano.
A la selección del Ciclo Rosa no sólo llegan por la narrativa de género diverso y otras masculinidades, sino porque Estancia es una producción cinematográfica que visibiliza la vida de hombres mayores que en un inquilinato se permiten vivir una vejez autónoma, vital y que reivindica la diferencia en una sociedad tradicional.
Guillermo y Álvaro, pareja por más de 50 años, recuerdan una ciudad soterrada donde la homosexualidad ha sido silenciada. Raúl, actual pareja de Guillermo, pareciera no encontrar salida a su infierno cotidiano de amargura. Javier, la antípoda de este documental polifónico, es un místico que usa kimono, es mormón y vendedor multinivel.
“‘Estancia’ es una película fraternal que celebra la vida. A pesar del tránsito hacia lo inevitable, la muerte, este relato coral habla sobre otras formas de compañía y de vejez porque la Estancia no es un ancianato, no es un lugar donde hay un médico o enfermera que cuida; es un lugar al margen donde estos hombres se cuidan entre ellos. Esta casa es como la madre que acoge y les permite ser lo que quieran”, dice el director Andrés Carmona Rivera.
Estancia es una película coral que narra historias personales y de ciudad porque, gracias a los diálogos en primera persona, se reconstruye la Medellín que durante las décadas del 60 y 70 acogía bares como “Sayonara”, “Donde las águilas se atreven”, “El Grillón” o “La Whiskería”. Así se devela una ciudad poco conocida y explorada para la generación actual, ya que poco se habla de aquellos bares gays multitudinarios de la segunda mitad del siglo pasado.
Toda la película sucede dentro de la Estancia. El mundo exterior se vislumbra por las ventanas que permiten divisar la catedral, el árbol de caucho del Parque Bolívar o escuchar el sonido ambiente y el caos urbano del centro de la ciudad. «No importa si se reconoce la iglesia o los rasgos del lugar; esta casa podría estar en una plaza, un barrio o una ciudad cualquiera de Colombia, resistiendo a los procesos de renovación urbana y a los nuevos modelos de vivienda en altura».
La memoria como fuente de inspiración
Inspirado en el trabajo del fotógrafo Fernell Franco, quien desde 1970 capturó los espacios interiores de diversos lugares en la ciudad de Cali, donde retrató a las clases populares y la llegada de nuevos habitantes a estas viejas casonas que antes pertenecieron a élite –dando cuenta así del fenómeno urbano y de los procesos de modernización de la ciudad–; el director de Estancia, Andrés Carmona Rivera, decidió emprender este proyecto fílmico en el que gracias a la observación atenta y la lente de su cámara, logró capturar la atmósfera del lugar y la peculiaridad de cada uno de sus habitantes, quienes paulatinamente le abrieron las puertas de sus habitaciones y de sus vidas, en un viaje a través del tiempo y la memoria, donde la altura de la cámara, los planos largos y contemplativos fueron indispensables para la producción de este documental inmersivo y silente.
“Nosotros partimos de la memoria o la desmemoria de Medellín, una ciudad que ha arrasado con los vestigios y lugares de encuentro y acogida, como los cines, bares y cafés de la ciudad a lo largo de su historia. Nos preguntamos ¿a dónde están yendo estas personas? ¿Qué pierde la ciudad al darles la espalda y al desplazarlos de sus espacios habitados?”, añade el director.
Y eso, justamente, es uno de los valores de Estancia. Los diálogos, lo que se ve a través de las ventanas, y ciertos espacios de la casa, como las habitaciones o las escaleras, le permiten al espectador reconstruir la historia gracias a las conversaciones de estos protagonistas que cuentan los pormenores más íntimos de sus vidas.
Álvaro, quien describe la casa como un laberinto sin posibilidad de fuga, comenzó a acumular objetos de manera descomunal tras un accidente. Es poético, visionario y delirante.
Guillermo es quien tiende puentes entre los distantes habitantes de esta casa. Su habitación es el lugar de encuentro donde se discute, se rememora y, sobre todo, se bebe.
Raúl es hospitalario, inconforme y melancólico. Aún le duele profundamente la muerte de su madre y dice que el único placer que le queda en la vida es fumar.
Javier, por su parte, lleva una vida muy distinta. Entregado a sus creencias religiosas, está obsesionado con el orden, la limpieza y las buenas costumbres.
“‘Estancia’ no busca encasillar a sus protagonistas. Por el contrario, nos interesa entenderlos desde su diversidad, sus deseos y experiencias. Lo que comenzó por una pregunta por la desmemoria de Medellín, derivó en un retrato de la masculinidad en la vejez. La historia de amor entre Álvaro, Guillermo y Raúl fue un bello hallazgo que transformó la película y que nos ha permitido preguntarnos acerca de una sociedad que ha silenciado y ocultado muchas historias de vida en una sociedad tan compleja como la antioqueña, que ha tendido a negar e incluso a perseguir la alteridad”, comenta el productor Mauricio Carmona Rivera.
Para comprender estos problemas desde una perspectiva histórica, para los realizadores fue fundamental la obra de Guillermo Correa, quien lleva muchos años investigando la historia de la homosexualidad en Medellín y reconstruye, en obras como Raros, estas memorias que han sido invisibilizadas entre 1890 y 1980.
Estancia es el primer largometraje de Policéfalo Films, la casa productora de Andrés Carmona Rivera, comunicador audiovisual y multimedial; y Mauricio Carmona Rivera, artista plástico e historiador. Las artes visuales, la fotografía y la videoinstalación han marcado sus trayectorias artísticas que están muy cargadas de reflexiones alrededor de la memoria.
Estancia llega a salas de cine en Colombia a partir del 12 de junio tras su paso por el 63 Festival Internacional de Cine de Cartagena, el 15 Festival de Cine Al Este, donde recibió el premio a Mejor Película en la competencia Vidas Cruzadas (Lima, Perú), Cinemancia Festival (Medellín, Colombia), 23 EDOC Festival internacional de cine documental (Quito, Ecuador), Villa del Cine (Villa de Leyva, Colombia), 26 Muestra Internacional Documental de Bogotá (Bogotá, Colombia), Mostra de cinema colombià de Barcelona, (Barcelona, España), Salón Internacional de la Luz (Bogotá, Colombia), Festival Internacional de Cine de las Alturas (San Salvador de Jujuy, Argentina) y Festival Render (Lima, Perú). Próximamente tendrá su estreno en México en el Festival Resistimos y participará en el Festival de Cine Etnográfico de Ecuador de la FLACSO (Quito, Ecuador).
Estancia es una película de Policéfalo Films en coproducción con RTVCPlay. Ha contado con el apoyo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Proimágenes Colombia, Filmedellín y la Universidad de Antioquia. La distribución en Colombia está a cargo de Danta Cine.
