Vía: Litza Alarcón Romero
‘Lo peor hasta el momento’, la película del director Iván Garzón Mayorga y el productor Santiago Posada Bernal, dos amigos que para su tesis de pregrado en Artes Visuales decidieron hacer un filme sobre relaciones familiares marcadas por el abandono, el conflicto, la enfermedad y la precariedad que se roba los sueños.
La historia gira alrededor de dos hermanos que se reencuentran para afrontar la responsabilidad de acompañar y presenciar cómo la enfermedad consume lo poco que le queda de vida a su madre.
“Uno se puede ‘abrir’ a donde sea, pero los demonios se llevan por dentro”, le dice Juan a su hermano Mario, interpretados por los actores Carlos Silva y Santiago Orjuela, en una de las pocas conversaciones reflexivas que sostienen los personajes tras el forzado reencuentro por cuenta de la enfermedad de Marta (María Elena Duque), la madre de ambos.
Juan y Mario Espejo nunca se llevaron bien y el resentimiento por la ausencia del primero caló tanto en el segundo que lo considera un extraño, hasta el punto de no querer que esté presente durante la agonía de Marta. Siente que no tiene ese derecho, ni que puede cumplir con la responsabilidad porque la fuga es una constante en la vida de Juan quien, a pesar de no haber hablado con su mamá y hermano en varios años, decide que estar ahí es mejor que estar con su esposa y bebé.
Mario, siendo más joven ha acompañado a su tía Gloria (Liliana Isabel Moreno) a cargar con las responsabilidades familiares, pero ahora con el regreso de Juan, se siente desbordado por la situación.
Estos sentimientos de frustración, dolor e impotencia hacia la vida, pero también hacia la muerte, son la base de la narrativa de Lo peor hasta el momento, ópera prima de Iván Garzón Mayorga y Santiago Posada Bernal, dos compañeros del pregrado de Artes Visuales de la Universidad Javeriana, que se volvieron amigos y socios, y que este 19 de septiembre estrenan en salas de cine este filme que se gestó en 2017 durante la tesis de grado.
La historia de Lo peor hasta el momento surge de las largas conversaciones que sostuvieron estos amigos sobre la vida, pero también de retazos de películas, ficciones y literatura que los han marcado. Por eso, la historia de 72 minutos está dividida en cinco actos, como si fuera una obra de teatro o juego metanarrativo, un recurso que les permitió a los realizadores transitar entre la ficción y la autorreferencialidad.
El director Iván Garzón Mayorga asegura que “quería hablar de un par de cosas que me atormentaban, una es la mala relación con mi hermano durante nuestra juventud, y la otra es haber lidiado con el proceso cancerígeno de la muerte de varios familiares, con los que vivía en un entorno de precariedad económica, pero quería abordar esto desde una perspectiva ridícula y absurda, y no como un melodrama”.
Por su lado, el productor Santiago Posada explica que “en mi vida la enfermedad y la pérdida han sido acompañadas por la rabia y la culpa ante el profundo vacío del absurdo, de la anulación de todo sentido. La historia de esta película fue la experiencia de adentrarme en estos aspectos dolorosos desde la ficción, buscando abrir un diálogo que compartiera el sentido que nosotros encontramos, con quienes quizá están buscando un sentido propio en el que creer, para afrontar el momento por el que pasan”.
Los jóvenes cineastas destacan que, en la sociedad colombiana, el rol de cuidador en la enfermedad ha sido culturalmente descargado sobre las mujeres, “por eso pensamos esta desgracia como un momento donde se pone a prueba el temple de Juan y Mario y la necesidad de encarar sucesos desagradables de la vida para crecer. Preguntarnos qué pasará con el dolor de nuestros personajes o cómo se desplegará, es lo que mantiene el suspenso en nuestra historia, y da un matiz de comprensión a la manera de actuar de nuestros personajes, violenta y errática.
Aunque los hermanos Espejo parecen muy distintos, la verdad es que ambos comparten el sentimiento de abandono y los sueños frustrados. La enfermedad como enemiga o maldición se alía con el entorno inconexo de una ciudad como Bogotá. La casa familiar, como la locación principal, da fe de que tuvo días más espléndidos y seguramente, al igual que sus habitantes, espera simplemente el paso de los días.
Pero como le dice Juan a Mario, “los demonios se llevan por dentro” y los demonios de estos hermanos son los familiares. ¿Cómo cuidar a otro cuando no se puede cuidar a sí mismo?
Más que una ópera prima
Iván Garzón Mayorga y Santiago Posada Bernal esperan que Lo peor hasta el momento conecte con el espectador que acepte el diálogo sobre la catarsis y la curación mediante la ficción.
Para ellos mismos esta producción ha sido un proceso de aprendizaje más allá de lo cinematográfico, pues sus estudios fueron en Artes Visuales y lo que en un principio pensaron producir en formato cortometraje, finalmente quedó plasmado en un largometraje porque así estuvo planteado, sin quererlo, desde el guion.
Por eso, a la hora de la edición “nos dimos cuenta, que para contar la historia que queríamos era necesario una longitud que, para nuestra sorpresa, terminó quedando en un corte que consiguió entrar al reino del largometraje”, dicen.
La gestación de Lo peor hasta el momento comenzó en 2017 durante una charla nocturna entre Iván y Santiago, cuando comenzaron a hablar de colaborar en un proyecto. Como estos jóvenes no tenían la experiencia de la industria audiovisual, la escritura, temas legales, técnicos y financieros retrasaron la producción y postproducción.
Hoy afirman que Lo peor hasta el momento ha sido su escuela de cine y la carrera universitaria que no estudiaron, pues en estos años aprendieron de autogestión y autofinanciación, pero también de la importancia de la colaboración que encontraron con las casas productoras La misma gente films y Furio visual.
“La autogestión la definimos no sólo como la inversión de Santiago e Iván, sino también como la inversión de tiempo y esfuerzos de muchas personas que con retribuciones económicas simbólicas o muy escasas, decidieron confiar en la película, y han hecho que este proyecto sea lo que es hoy”, afirman.
Y así como el cortometraje pasó a ser largometraje, y se transformó la vida de Juan y Mario; los retos también cambiaron a los jóvenes cineastas. Pasaron de ser compañeros de clase a ser socios, y este conocimiento y confianza mutua les ha permitido ingresar a la industria audiovisual nacional. Garzón está enfocado en un cortometraje y Posada produce contenido propio aún de la mano de La misma gente films.
Tras un paso exitoso por diversos festivales cinematográficos en Alemania, Suecia, Estados Unidos, Brasil, Francia y el FICCI en Colombia, han ratificado que la historia “tiene la capacidad de resonar con muchas personas”, así que ahora que el filme llega a las salas de cine nacional, esperan que Lo peor hasta el momento permita “nuevas lecturas que enriquezcan un diálogo aún incierto, y que sea un medio de expresión y reflexión para tratar temas de la vida comúnmente considerados escabrosos, que nos muestran los demonios que todos llegamos a cargar», concluyen los realizadores.
Lo peor hasta el momento es una producción de Santiago Posada Bernal, en coproducción con Iván Garzón Mayorga; con el apoyo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, Proimágenes Colombia, Estímulo promoción de largometrajes y desempeño por taquilla. Con la participación de La misma gente films, Furio visual, Centro Ático, Facultad de artes visuales Universidad Javeriana, BRL media, Sama studios y Mei lab. Con la distribución en Colombia de Interior XIII.
